martes, 24 de febrero de 2009


La escuela Epo de Kung-fu


Puntualmente, a las ocho menos cuarto, llegó la pequeña furgoneta, que en apenas cinco minutos nos acercó a la escuela Epo de Kung-fu. Atravesamos casi toda la ciudad, que a esas horas tempranas ya presentaba una considerable animación callejera. El conductor de la furgoneta, de cuyo nombre no me acuerdo, era un tipo pequeño, simpático y muy nervioso. Siempre estaba sonriendo. Enseguida congeniamos con él. Puso una cinta en el cassette de la radio del vehículo, y una divertida y pegadiza melodía cantada en chino comenzó a sonar. Era como escuchar al Fary, interpretando su “.... torito, ay torito braaavooo....” pero en versión china. Al final se convirtió casi en nuestro himno cuando íbamos en la furgoneta.
Ya desde lejos se perfilaban los grandes edificios blancos de la que sería, durante cuatro semanas, nuestra escuela. Desde su entrada a pie de carretera, se divisaban grandes superficies de tierra, todas llenas de cientos, de miles de alumnos entrenando. Nada más llegar, nos dirigimos a las oficinas del centro, donde nos estaba esperando el director de la escuela, el Maestro Liang Shaozong. Tras una breve presentación, exenta de protocolos y formulismos triviales, nos fue presentado uno de los Instructores y nos condujeron a la sala donde se desarrollarían los entrenamientos. Si alguien se había hecho la idea de encontrarse a los ‘monjes’ rezando, en un ambiente semi-monástico, todos calvos, y al gran Maestro de la escuela vestido con túnica,... Lo que nos encontramos le echaría todos esos estereotipos por el suelo; El gran Maestro de la escuela parecía un banquero, y casi nadie iba vestido de naranja. Eso si, calvos estaban casi todos.

La escuela constaba de siete edificios principales, más el centro de entrenamiento de Kung-fu. En los diferentes patios interiores, pudimos observar más grupos de niños de todas las edades practicando ejercicios a mano vacía o con armas. Nos sorprendió mucho la gran disciplina que mostraban todos, incluido los niños más pequeños. Todos trabajaban al unísono, en movimientos perfectamente sincronizados. Era algo digno de admirar, de difícil comprensión, a menos que lo veas con tus propios ojos.

Entramos en la sala de entrenamiento, que, además, disponía de un gran espacio reservado para sillas. Gratamente sorprendidos vimos el magnífico escenario que habían construido en el interior, y que imitaba a la perfección la entrada al templo Shaolin. Justo delante de las pequeñas escaleras que llevaban a la ficticia puerta del Templo, había una extensa alfombra roja, sobre la que se desarrollaban los entrenamientos. En ese momento, ya había un nutrido grupo de jóvenes chinos entrenando. Todos nos miraban con curiosidad y cierta expectación. Jesús, Dan y Mika se cambiaron de ropa y se dispusieron a iniciar el entrenamiento. Yo también sentía verdadera curiosidad por ver como se desarrollaría éste. No sabía si nuestra gente sería integrada en algún grupo, o las clases se efectuarían aparte. Nuevamente, de alguna manera se colaba en nuestra mente la pequeña frustración de no verles vestidos todos de naranja, y calvos. El verles vestidos de formas dispares, con chándal, camisetas o trajes grises, llegó a hacernos pensar que no era algo muy serio, y que se apartaba bastante de la idea que teníamos de Shaolin y sus monjes. Tan solo un par de minutos bastaron para hacer desvanecer cualquier atisbo de duda que pudiésemos aún albergar acerca del nivel y calidad de lo que estábamos viendo. ¡Hasta el más tonto parecía volar! Sus destrezas y habilidades eran poco menos que asombrosas e impresionantes.

Estuve largamente pensando acerca de los clásicos tópicos, que siempre se cuelan en nuestras mentes, y que en muchas ocasiones, cuando nos quedamos en la superficie de las cosas, no nos las dejan ver con objetividad la realidad de las mismas. Y esto ocurre un poco con el tema Shaolin y sus monjes. En occidente, y sobretodo en nuestro país, que está sembrado de “sabelotodos”, se supone que ser monje significa afeitarse la cabeza y vestir de naranja, y que todos ellos, los monjes, son de Shaolin. La realidad es mucho más compleja y simple a la vez. Solo es cuestión de saber abrir los ojos y mirar las cosas por lo que son, y no por lo que parecen ser.

Nuestro Instructor, llamado Zhang ShiDong, apenas tenía 22 años, y ya era un verdadero experto en varias formas de Kung-fu Shaolin, entre ellas, una muy curiosa, la del sapo; algo que yo nunca había visto antes. La primera impresión que tuve de él, es que no le hacía mucha gracia tener que dedicarse a enseñar a unos extranjeros, en vez de seguir entrenando con su grupo. Era muy serio, de rostro inescrutable, y casi no decía palabra, ni siquiera en chino. Pero tampoco hacía falta, pues ninguno de mis alumnos le iba a entender. Estuve largamente hablando con Yan y el Maestro Liang, negociando y planificando el trabajo a desarrollar durante nuestra estancia allí. En un principio nos ofrecían enseñarnos las formas
de base de Shaolin, es decir, formas como el Wubuquan o el Tongbeiquan, que nosotros conocíamos ya de sobras, pues figuraban en el programa de nuestra asociación. Eran las formas que normalmente enseñaban a todos los extranjeros que llegaban aquí, pero yo consideraba que eran formas muy básicas y que mis alumnos ya tenían una base bastante sólida y ya las conocían. Viajar tantos kilómetros para aprender lo que ya conocíamos, no era precisamente alentador. Finalmente y tras varias demostraciones del nivel que tenían mis alumnos, logré acordar el programa a enseñar. Esto incluía tres formas a mano vacía y dos con armas.

El Maestro Liang, comentó que nuestro equipo tenía un nivel sorprendente, para lo que, según sus palabras, estaba acostumbrado a ver en los extranjeros. Sobretodo Jesús y Mika tenían un nivel técnico bastante considerable. Pero lo que más le llamó la atención, fue quizás el hecho de que conociéramos tantas formas originales del Kung-fu de Shaolin. Me hizo muchas preguntas acerca de quién me las había enseñado. En su rostro, de facciones siempre duras, se esbozó una leve sonrisa de conformidad. Comentó que le alegraba ver que había gente en otras partes del mundo con verdaderos conocimientos acerca de Shaolin.

Su padre, el venerable Maestro Liang Yiquan, cuyo nombre budista es Shi SuYi, es uno de los diez maestros más destacados de Shaolin, con reconocimiento en toda China. Posee una mención especial del Gobierno chino y de las autoridades del Templo Shaolin, por sus conocimientos y su trayectoria marcial, tanto como monje, o como laico, por su dedicación a la difusión del Kung-fu de Shaolin. Es el fundador de la escuela Epo, donde nos encontrábamos cursando nuestros estudios y entrenamientos de Kung-fu. Este Maestro, ya retirado de la práctica activa, se dedica a mantener las relaciones públicas de la escuela, además de supervisar los diferentes libros que se han publicado sobre él y su arte. También se ocupa de supeditar el trabajo de los Instructores y monitores de la escuela. Asimismo ocupa un importante cargo en el comité político de la provincia de Henan. Algo relacionado con las Artes marciales, el Wushu y el deporte. Esto, al principio, me chocaba un poco, y no llegaba a comprenderlo, pero con el tiempo he visto las razones, y ahora me parece hasta normal.

Se trataba de una persona afable, con cierta serenidad, aunque no exenta de carácter. Cuando le vi por primera vez, y mucho antes de que me lo presentaran formalmente, intuí que era alguien muy especial, a pesar de que podía pasar perfectamente por un simple hombre de negocios de la ciudad. Su rostro me resultaba vagamente familiar, como de haberlo visto antes en algún sitio. Siempre sonreía, y cada vez que venía a observar nuestros entrenamientos, asentía con la cabeza, en signo de evidente aprobación por el trabajo mostrado.

Capitulo 6



Una breve introducción a la historia del Templo Shaolin


Mucha gente habla, discute y escribe mucho sobre Shaolin, este mítico lugar, en el que se supone nacieron muchas de las Artes Marciales de China y parte de oriente. Pero, ¿Qué se sabe realmente acerca de su milenaria historia?...

Bajo el reinado del emperador, de origen mongol, Xiao WenDi (471 - 499 d.C.), fue erigido en el año 495 de nuestra era, este pequeño monasterio, en una ladera del monte Song (Songshan). Ya entonces, y hay datos sobre ello, existía una pequeña ermita o templo edificado en el año 100 d.C., en ese mismo lugar, lo que significa que mucho antes ya había algún tipo de asentamiento en la zona. De hecho, muy cerca de allí, a escasos dos kilómetros, se encuentra la pagoda SongYue, una de las primeras pagodas budistas de toda China, lo que da a entender el profundo significado y relevancia que ha tenido este lugar en la historia del país.

La traducción del nombre “Shaolin Shi”, cuyos tres caracteres podemos ver sobre la puerta de entrada al monasterio, no es “pequeño bosque”, como se ha venido escribiendo durante mucho tiempo, sino que la traducción correcta sería “joven bosque” (Shao = joven, escaso, y Lin = bosque) y el término Si, que significa Monasterio. Esto, seguramente hacía referencia al frondoso bosque que había en el lugar. Con frecuencia se usaba incorrectamente el término ‘pequeño’, que en chino se escribe xiao. La similitud entre ambos caracteres seguramente ha inducido a los neófitos a esta confusión. El cartel de la entrada, se lee de derecha a izquierda, y fue regalado al monasterio por el propio emperador, que lo escribió de su puño y letra.

Uno de los primeros personajes más destacados que lo ocuparon fue el monje Ba Tuo, procedente de la India, cuyo principal objetivo, era la divulgación del budismo por toda China. Ya de aquella época, existen
datos contrastados, de que había dos monjes discípulos - Hui Huang y Sheng Zhou - que además, ya eran consumados expertos en el manejo del palo largo, el arma por excelencia de los monjes. Podemos entonces afirmar que el monasterio nació en esa época, aunque aún estaba lejos de hacerse notorio. (De hecho en el año 1.995 se celebró oficialmente el 1.500 aniversario de su fundación)

Sobre el año 525, llegó a Shaolin la figura de Bodhidharma, considerado como el 28º patriarca del budismo hindú y el primer patriarca del budismo Ch’an en China. Existe cierta confusión entre este personaje y el de Batuo, mencionado anteriormente, pues ciertas referencias los sitúan históricamente en el mismo lugar y tiempo, por lo que se sospecha sean en realidad el mismo personaje. Esto es algo que estoy tratando de investigar. En cualquier caso a Bodhidharma se le atribuye la creación de una serie de ejercicios, denominados Yijinjing y Baduanjing, que pasaron a formar parte importante en la formación y enseñanza de los monjes. También en esto hay algunas controversias, que sitúan su origen en otros personajes y lugares. Lo cierto es que los monjes ya los practicaban de manera exhaustiva y de ello dan fe los numerosos manuscritos y dibujos que existen al respecto.

En el año 621 d.C., tiene lugar una de las hazañas más destacadas de los monjes, lo que les otorgó un valor y significado muy especial para todo el pueblo chino. Trece de sus monjes ayudaron al emperador de la dinastía Tang (618 - 907) a liberar el príncipe Li ShiMing (598 - 649), que había sido hecho prisionero por tropas rebeldes. Lucharon contra un contingente de 400 soldados y salieron completamente ilesos y victoriosos. De este hecho hay numerosas reseñas en la historia documentada de China, e incluso en el mismo Monasterio, existe una representación con figuras de madera que hace referencia al mismo. Y también en el pabellón de los mil budas, podemos observar una pintura alegórica a este hecho histórico.*
Los chinos se sienten muy orgulloso de ello, porque representan el espíritu inquebrantable del pueblo. Algunos guías turísticos, en un exceso de orgullo patriótico, se atreverían a decir que, incluso hay fotos de aquel momento histórico. (¡Es broma!) El caso es que tras esa proeza, el emperador otorga al monasterio ciertos privilegios, entre los que está el permiso para entrenar a más de 500 monjes guerreros, aparte de entregarles muchas hectáreas de terreno. La fama de Shaolin y sus Monjes guerreros acaba de nacer ......


* Para conocer más detalles de estos datos y hechos históricos referente a la historia del Monasterio, leer la publicación “Shaolin Shi - Historia del Templo Shaolin y su arte”.




La realidad del monasterio Shaolin hoy



Desde muchos lugares del planeta, acuden todos los años, cientos de miles de practicantes de Artes Marciales para conocer este singular lugar. Cada cuál atraído por un aspecto que quizás le ha llamado más la atención, y que puede ser de muy diversa índole. Pero incluso artistas marciales que nada tienen que ver con el Kung-fu, y menos aún con el Kung-fu de Shaolin, se sienten atraídos por esa poderosa magia que el nombre Shaolin despierta. Todos sin excepción, buscan esa experiencia de poder decir que han estado en la cuna de la historia de las Artes Marciales chinas.

Pero, ¿qué secreto esconde el monasterio Shaolin? Desde que hace ya más de veinte años, el “pequeño monasterio” se hiciese mundialmente famoso gracias a la serie “Kung-fu”, las cosas han cambiado sustancialmente. (Por cierto; Ninguna escena de esta serie fue grabada en el templo ni sus actores eran monjes, ni conocían las artes marciales.) Pero en su día, cumplió con un propósito muy importante: realzar las leyendas, mitos y proezas acerca de los monjes de Shaolin, y, lo que creo es más importante aún, la exposición pública de la filosofía inherente a las artes marciales del templo, basada, obviamente, en los conceptos del budismo Ch’an. Esto causó un gran impacto en la sociedad occidental de aquella época, enmarcada en plena crisis de valores, y sumida en el letargo confuso de una post-guerra mundial, donde ser hippy estaba de moda, y se protestaba por la guerra de Vietnam. Esta filosofía, interpretada en la serie por el actor y bailarín David Carradine, atrajo a mucha gente hacia las artes marciales existentes en aquella época, como el Karate y Judo, y que en su inmensa mayoría provenían de Japón. En este grupo casi me podría contar a mi mismo.

Pero, comencemos por el principio. ¿Qué es un templo en China? Hay que distinguir entre un templo y un monasterio, pues ambas cosas, aunque desde el punto de vista del neófito en la materia, puedan parecer la misma cosa, no lo son. Hablamos coloquialmente del “templo Shaolin”,
cuando en realidad, este es un monasterio, pues en el mismo vivieron y viven los monjes budistas. Ocurre que cada monasterio budista, tiene en su interior necesariamente la estructura característica de un templo. Templos budistas hay cientos de miles diseminados por todo el país, y Shaolin es uno más de ellos, auque eso si, de notable fama y relevancia. Quizás me atrevería a afirmar que es el más famoso del país. (En Beijing hay aproximadamente unos 2.400 templos erigidos)...

Cuenta la leyenda, que no es otra cosa, que trozos de historia profusamente ilustrados por el saber del pueblo, y que en ocasiones es muy exagerado, que en el pequeño templo se asentó el personaje conocido como Bodhidharma o Tamo en chino, que fue el supuesto introductor del budismo en China. Esto no es del todo cierto, aunque no voy a entrar en detalles en este texto, pues no es el caso. Hay datos de que ya en el año 50 d.C., ya había asentamientos budistas en China, por lo tanto mucho antes de que llegase Bodhidharma. Incluso el cercano Templo del Caballo Blanco (Baimashi) de Luoyang, situado a unos 65 km de Shaolin, es considerado como el primer monasterio budista del país. La gran diferencia entre el Templo o monasterio Shaolin con todos los demás lugares budistas, está en que sus monjes, por circunstancias diversas, hicieron de la práctica de las Artes Marciales, un camino de la práctica del budismo, alcanzando un nivel realmente impresionante. Estos participaron en numerosos episodios de la historia de China, adquiriendo gran notoriedad por sus hazañas. La destreza y el poder de los monjes guerreros comenzó a ser muy famosa por todo el país. La importancia de Shaolin, tiene que ver también en parte, con su privilegiada situación geográfica, en el centro de una región donde se establecieron las capitales de las diferentes dinastías, como lo fueron Luoyang, Xi’an (antigua Chang’an) o Kaifeng.

La notoriedad y la fama del templo, junto con grasos errores de traducción e interpretación de textos de diversos autores, ha dado lugar a la idea de que existieron diversos templos Shaolin diseminados por varias regiones de China, como los de Wudang, Fukien, Guangdong o Eimeishan, por mencionar algunos. Esta idea aún persiste en mucha gente, que creen que existieron, como menos, cinco templos Shaolin. De hecho, en algunas entrevistas que me han realizado, me preguntaban por el templo Shaolin de Henan, como dando por hecho de que hay o había otros. Siempre surge también la clásica pregunta por parte de los “entendidos” : “¿haces Shaolin norte o Shaolin Sur? Uno de estos errores viene motivado por la incorrecta pronunciación del idioma chino, como es el hecho de confundir Henan con Honan, pensando quizás, que son dos provincias diferentes, cuando en
realidad, la segunda siquiera existe. También se produce otra equivocación, confundiendo la provincia de Hunan con la de Henan. Incluso la diferenciación clásica y muy difundida, que en el fondo ya no tiene fundamento, de “Shaolin Norte y Shaolin Sur”, es fruto de la confusión y el desconocimiento profundo de la historia del monasterio. Esta diferenciación geográfica, es en realidad un concepto, una manera de determinar el origen geográfico de un estilo o escuela, pero no al estilo en sí. Es cierto y obvio que muchos estilos tuvieron su origen o influencias directas o indirectas de Shaolin, pero esto no significa que sean originales. Sería como afirmar que soy torero porque vengo de España....

A través de mis datos, recopilados tras muchos años de estudios e investigaciones, puedo concluir con cierta certeza, de que no existieron nunca estos supuestos otros templos Shaolin. No existen evidencias de su existencia, ni en el presente ni en el pasado de la historia de China. Otra cosa es que existan o existiesen diferentes templos donde se practicara el estilo (como ciertamente en Fukien), pero eso no los convierte automáticamente en “Templos Shaolin”..... Y cuando esto lo exponía ante otros “expertos” en la materia de nuestro país, me tachaban de ignorante o farsante. Pero eso es otra historia...

Físicamente, el monasterio Shaolin, a pesar de sus múltiples destrucciones parciales (la última ocurrida en 1928, cuando en un afán destructivo y de supuesta liberación cristiana, fue bombardeado por el general cristiano Feng Yuxiang), siempre ha sido reconstruido siguiendo fielmente la estructura de todos los templos budistas, es decir, un recinto más o menos amplio en dimensiones, pero con una característica en común, los pabellones centrales y las dos torres que flanquean la entrada, la del tambor y la de la campana. Esto es igual en todos los templos budistas de China. (*)

Y eso es lo que podemos observar en la actualidad, un templo que está siendo reformado en algunas partes, por el deterioro de los años y la falta de ayuda de las autoridades políticas, que como todos conocemos, está regida por el comunismo. Pero en el año 1978, la apertura hacia el mundo occidental, convirtió al pequeño monasterio, en un lugar de enorme interés turístico, con dos vertientes, el turismo nacional y el internacional. De hecho, ya en el año 1987 recibió casi dos millones de visitantes, en su mayoría chinos. En 1998, la cifra casi se ha triplicado. Y esto no escapa a la vista de los avispados que buscan hacer negocio con este filón, lo que por otro lado me parece absolutamente lógico y lícito. (A nadie se le ocurre criticar que se fomente la explotación turística de la Alhambra).

Y aquí entra entonces el gobierno, tanto local, provincial o estatal, que promueve una política de divulgación de Shaolin. Y muchos Maestros de diferentes estilos basados en el de Shaolin, conocedores de esto, se han enganchado al carro de la oportunidad, instalando sus escuelas en los alrededores. Mucha gente conocía el arte del templo, pero pocas eran realmente auténticos expertos o monjes. A pesar de esto, el nivel exigido en la zona, es con diferencia, mucho más elevado que en muchos otros sitios. Y eso sin mencionar a occidente. Así, y auspiciado por las autoridades, han surgido numerosas escuelas que enseñan el “arte del puño de Shaolin”, tanto en su versión tradicional, como en la forma de Wushu moderno.

En la actualidad, se cifran en más de 70 escuelas las existentes en la zona, con cerca de treinta mil estudiantes en total. En la mayoría de los casos, lo que encontramos es Wushu, que es lo que le enseñarán a cualquiera que vaya allí a buscar conocimientos. Muchos monjes, verdaderos expertos en el arte, también se han adherido a esta nueva etapa en la historia del lugar, convirtiéndose en los Maestros de algunas escuelas. Sus motivaciones para dejar el templo, aunque no su estrecha vinculación con él, pueden ser, entre otras: por razones mayoritariamente económicas, puesto que en una escuela ganan dinero y pueden hacer mucho más por su arte que desde el mismo templo, donde están supeditados al dinero que recogen por las donaciones, que en cualquier caso, tampoco les pertenece. Y otra, también muy difundida, por el hecho que desde fuera tienen mayor capacidad y libertad para la correcta difusión. Existen otros, que permanecen en la estructura interna del templo, y desde ahí, de alguna manera controlan el desarrollo de la enseñanza de las escuelas externas. Es decir, hay un grupo muy reducido de Monjes guerreros y Maestros, que están a cargo de velar por la autenticidad de lo que se enseña. Esto significa que nadie te puede engañar allí, vendiéndote la “patata” de que te está enseñando Shaolin, cuando en realidad no lo es.

Desde fuera, desde nuestra occidental mitificación del concepto e idea de Shaolin, nos puede resultar incomprensible de que un monje se dedique casi en exclusiva a los negocios, eso si, todos relacionados con Shaolin. Producciones de libros y VCD’s, fabricación y venta de ropa y armas, organización de cursos, salidas al extranjero para hacer giras, supervisión de escuelas o dirigir centros de exhibiciones para turistas. Nos preguntamos, ¿cómo un monje puede hacer todo esto?.... ¿No eran unos Maestros espirituales, calvos y con túnica naranja?.... ¿Dónde queda el incienso, las oraciones, las meditaciones y demás cosas relacionadas con el budismo?.... Otra vez más, la realidad imperante te obliga a estudiar en profundidad todo lo que ves aquí, para tratar de comprenderlo correctamente. Es un poco como el que busca oro en el cauce de un río, y solo se fija en las piedras grandes....

Lamentablemente, algunos han caído también en la vorágine del materialismo, olvidando gran parte de sus orígenes budistas. Se han convertido en personas con verdadero poder político y económico. Creo que lo uno lleva a lo otro. Existe el rumor, y personalmente he podido constatar datos de que algunas grandes escuelas están tratando de absorber a otras más pequeñas. Es el caso de la escuela Tagou, la más grande de China, con cerca de ocho mil alumnos, que ha conseguido arrebatar terrenos a otras escuelas más pequeñas. Existe una solapada rivalidad, tanto en el plano deportivo, como en muchos otros aspectos, entre las diferentes escuelas, aunque este hecho no se deja apreciar en la calle, entre los mismos alumnos. Indudablemente, existe también la corrupción política que, en China, llega a todos los estratos sociales. Pero, ¿En qué país del mundo no existe la corrupción?... No nos rasguemos las vestiduras por estas cosas! Entre otros motivos porque pienso que es mucho peor vivir en un país, en el que la corrupción supuestamente no existe, y si se descubre algún caso, tampoco suele pasar gran cosa, ya que nuestro sistema judicial permite que nos perdamos en la telaraña jurídica del tiempo, en la que anida la bestia capitalista de siempre, “Don Dinero”, que suele comerse sin apenas pestañear, a los pobres infelices que no lo tienen.


De este ambiente de gente de poder, me percaté en el hotel donde nos alojábamos, en el que era frecuente ver a los militares y políticos de turno pasearse como si fuesen el mismísimo presidente de China. Y los monjes y demás gente del Kung-fu, les guste o no, en algunos aspectos tienen que bailar al son que les toca esta gente. Y es posiblemente gracias a este tipo de cosas, que el Kung-fu Shaolin ha tenido y tiene esa repercusión a nivel mundial. Es un claro ejemplo del concepto del Yin y del Yang; Todo tiene siempre su lado positivo, por muy negativo que pueda parecer. Y hay que aceptarlo así, si queremos que el templo y su arte perduren en el tiempo. Eso si, habrá mucha “suciedad” y basura alrededor. Basura que en muchas ocasiones hemos originado nosotros desde occidente, fomentando una imagen distorsionada de la realidad de Shaolin, e importando la comercialización de las Artes Marciales. Entre tanta suciedad y “paja”, a pesar de todo, aún permanece su esencia.

Y también a pesar de esto, el monasterio se mantiene de alguna manera, algo al margen de lo que sucede fuera de sus muros. No cabe duda de que también hay ciertas influencias externas, porque, en definitiva, lo que mueve el mundo es el dinero. Pero sé de buena fe, que el Kung-fu tradicional, que poco tiene que ver con el Wushu moderno, aun late en algunos rincones del monasterio, e incluso fuera de él. Pero resulta casi inaccesible para los occidentales. Es algo que guardan celosamente, como un gran y valioso tesoro. Aún quedan unos pocos viejos Maestros dentro del templo, que llevan una vida de monje, con el grado de austeridad que ello conlleva. Quedan unos cincuenta monjes, que se dedican en cuerpo y alma al budismo y al Kung-fu. Encontrarlos es más difícil, y pretender que te enseñen, casi es imposible. Ellos no venden el Kung-fu de Shaolin, y si por algún motivo acceden a enseñarte, será pidiéndote a cambio algo muy distinto, que nada tiene que ver con lo material. ¿qué estás dispuesto a entregar de ti mismo, de lo que no puedes desprenderte físicamente?.... ¡Eso es lo que te pedirán!...


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Hace ya muchos años que vengo viajando a las regiones milenarias de China, un país que me fascina, que me llega a lo más profundo de mi alma y corazón. Y en todos estos años, he acumulado un sinfín de historias, anécdotas y relatos que han ido tomando forma de pequeños libros que, por diversas circunstancias, no han salido publicados aun. Pero es mi deseo que todos mis amigos y conocidos, además de cualquier otra persona interesada en estos temas de aventura y viajes, puedan acceder y compartir de alguna manera mis experiencias.
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